Telecinco, Belen Esteban y Salvame son infumables (el traje nuevo del emperador)

En un país muy lejano vivía un Emperador muy presumido, tanto que gastaba todo el erario público en trajes nuevos para ir cambiando cada hora de vestuario. No se preocupaba de su reino, ni de sus súbditos, ni de si su ejército necesitaba dinero para mantenerlo, ni del arte, no iba al teatro ni a los conciertos. Su único interés era tener los mejores y más bonitos trajes del mundo para presumir.
En la ciudad donde vivía este Emperador llegaban cada día muchos comerciantes, y un día se presentaron dos hombres asegurando que eran tejedores y sastres y que eran capaces de tejer la  más maravillosa de las telas, con maravillosos  y extraordinarios colores y texturas. Tan maravillosa decían que era la tela que tenia la "extraordinaria virtud" de ser invisible a cualquier persona que no fuera apta para su cargo o que fuera "irremediablemente imbécil o estúpido".
El Emperador no se paró a pensar en el asunto, se le ocurrió que con esa estratagema podría averiguar qué funcionarios suyos eran aptos para los puestos que ostentaban y qué personas eran estúpidas o tontas o imbéciles. Rápidamente se puso en contacto con los truhanes, les dio una cantidad de dinero como adelanto y les encargó tejer la tela y hacerle un traje.
Los truhanes ni cortos ni perezosos montaron todo el telar e hicieron ver que estaban trabajando a destajo, encargando carísimas sedas e hilos de oro, que también se embolsaron.
En todo el Reino se corrió la voz sobre la tela nueva que el Emperador había encargado tejer y todos los súbditos tenían gran impaciencia por conocer el resultado, sobre todo teniendo en cuenta sus especiales propiedades y así poder comprobar in situ si sus vecinos eran tan incapaces o estúpidos como imaginaban.
El primero y más interesado en comprobar las propiedades y lo maravilloso de la tela prometida era el propio Emperador, que estaba deseando verla, pero se encontraba con un dilema: que era precisamente la especial cualidad de la tela  y aunque él no dudaba ni de su inteligencia ni de su capacidad para ocupar su puesto, prefería no arriesgarse, por lo que al final decidió enviar a su viejo ministro a supervisar los trabajos de los tejedores, ya que le consideraba "un hombre honrado y digno de confianza".
El viejo ministro cuando llegó al lugar donde tenían los telares instalados y ver que allí no había nada se asustó, pero por otro lado pensó: "Si digo que no he visto nada, van a pensar que no estoy apto para el cargo o que soy un estúpido y me van a echar", así que decidió seguir la corriente a los truhanes y comentar y alabar la maravilla de las texturas, los colores, los hilos de oro con los que estaba cosido.
Los tejedores incluso le dieron los nombres de los dibujos y le describieron y dieron todo tipo de detalles de la tela, algo que el viejo ministro tuvo muy buen cuidado en memorizar para darle todos los detalles al Emperador, que es lo que hizo en cuanto estuvo en su presencia.
Los falsos tejedores pidieron todavía más dinero para comprar más telas y sedas costosísimas a fin de continuar con su trabajo, dinero que evidentemente no se utilizó para tejer la tela inexistente, sino para llenar aún más los bolsillos de los truhanes falsos tejedores que seguían tomando el pelo a todo el Reino del presuntuoso Emperador.
Después de varias semanas el Emperador volvió a enviar a otro funcionario de su confianza para inspeccionar los trabajos de los ahora famosísimos tejedores. El hombre, al no ver nada, ninguna tela, ni nada de nada, se asustó, pero también pensó: "Yo no soy tonto, ni tampoco quiero que piensen que no sirvo para el cargo que ostento, así que les seguiré la corriente".
De esta forma este otro alto funcionario y hombre de confianza del Emperador volvió "impresionadísimo de la tela tan maravillosa que estaban tejiendo para su Vuecencia y del exquisito trabajo de los maravillosos tejedores que había contratado".

La tela y los tejedores se hicieron tan famosos antes de ser acabada (y sobre todo comenzada) que ya el propio Emperador no aguantó la espera y se empeñó en ir a ver los trabajos realizados sobre su maravillosísima tela. Fue acompañado de todos los grandes dignatarios del país, incluyendo a los dos hombres de confianza que había enviado para supervisar la ejecución del trabajo.
Cuando llegaron a las instalaciones donde los truhanes tenían el telar instalado y vio con gran asombro que los tejedores estaban tejiendo con todas sus fuerzas un vacío sin tela, se quedó de momento paralizado. Los dos honrados dignatarios que habían ido en las otras dos ocasiones le dijeron: "¿verdad que es maravillosa la tela, señor?" y señalaban la tela que no existía en el telar, convencidos de que los demás la veían.
«¡Cómo! -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré tan tonto?
¿Acaso no sirvo para emperador? Sería espantoso»
. Con este pensamiento en la cabeza, el Emperador empezó a alabar la tela que no existía y a decir que era maravillosa y estupenda y lo mejor que había visto en su vida, receloso de que los demás se dieran cuenta de que en realidad no estaba viendo nada.
El séquito que le acompañaba, también alucinando, ya que igualmente tampoco veían nada de nada, se vieron obligados a alabar dicha tela que no veían con miedo a que los demás pensaran que eran tontos o que no servían para los cargos que ocupaban,  le aconsejaron que estrenase los vestidos confeccionados con aquella tela en la
procesión que debía celebrarse próximamente.
-¡Es preciosa, elegantísima, estupenda!- corría de boca en boca, y todo el mundo parecía extasiado con ella.
El Emperador concedió una condecoración a cada uno de los dos bribones para que se
las prendieran en el ojal, y los nombró tejedores imperiales.
La noche antes de la Procesión los truhanes hicieron todo el paripé como que estaban acabando la tela hasta altas horas de la noche. Hicieron todo el teatro como que estaban ultimando los últimos bordados, los últimos retoques a la tela, hicieron los ademanes de cortar la tela para hacer el traje, simulando que cosían con agujas sin hebra de hilo, hasta que por fin anunciaron que el traje estaba acabado.
Los dos truhanes llevaron el traje del Emperador haciendo el ademán de que lo portaban en sus brazos, le indicaron cual era la casaca, los pantalones, que no se preocupara porque la tela era tan liviana que ni se sentía que la llevaba puesta. Hicieron todo el teatro de unos sastres imperiales vistiéndole de arriba abajo con un traje inexistente.
Todos los hombres de confianza que estaban presentes alababan el traje, lo bien que le sentaba, lo maravilloso de la tela, del dibujo, de los colores, de la costura, algo verdaderamente extraordinario.
El Emperador, mirándose al espejo, hacia igualmente el teatro de que estaba encantado con el resultado, los ayudas de cámara agarraron la cola de la capa inexistente e hicieron como que la colocaban en el suelo. Nadie se atrevía a decir que no veía nada, por el miedo a que les tildaran de imbéciles o de perder su puesto.
De esta guisa bajó el Emperador a la calle para colocarse debajo del palio donde debía situarse para encabezar la procesión por las calles de la ciudad.
Según iba pasando por las calles, el gentío, la muchedumbre, todos alababan el traje, la tela maravillosa, extraordinaria. Todos tenían miedo de reconocer que en realidad el Emperador iba en paños menores, ya que si alguien decía algo, todos le tildarían de imbécil o de tonto.
Nunca un traje del monarca había tenido tanto éxito como aquel.
-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.
-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.
-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!
-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.
Este cuento tiene una moraleja que se puede decir de diferentes maneras: "dí siempre lo que piensas sin importante lo que los demás opinen sobre ello". "No te dejes llevar por lo que dicen los demás y ten tu propio criterio", "Una opinión, aunque se repita infinidad de veces no acaba resultando una verdad absoluta, hay que usar el criterio, analizarlo y si no estas de acuerdo, dar tu propia opinión", "Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad".
Se puede aplicar con lo que está pasando en programas como Sálvame, en los cuales el presentador, la co-presentadora y los colaboramierdas tienen la verdad absoluta y aunque sea notoria y precisa la verdad que ellos niegan, siguen, insisten, perseveran y aseguran que lo que es negro es blanco y lo que es blanco es negro, llegando a cotas increíblemente inquietantes de cómo se pueden inventar las noticias y esparcirlas y convencer al público sin una sola prueba de que lo que están contando sea mínimamente verídico.
Igualmente tenemos el caso más concreto de la Pesteban, caso todavía aplicable a esta historia, en el que nos quieren hacer creer que esta señora, por llamarlo de alguna manera es: "la princesa del pueblo", una "madre coraje", "una más del pueblo", " una mujer abandonada", etc... y de eso nada, de nada, monada. Es una señora que gana un pastizal, que vive en un pedazo de casa, que para moverse de un lado a otro va siempre en taxi, que se levanta a las 12 , que no sabe lo que es madrugar cada día del año e irse a trabajar de verdad y que de princesa no tiene siquiera la corona de los chinos
Aparte de esto desde hace 11 años se nos está vendiendo la misma historia y con las mismas o peores desagradables maneras, formas y mala educación que la caracterizam, cuestión incomprensible ya que con todo el dinero ganado en todos estos años, realmente no se comprende que no haya podido invertir algo de todo ello en formarse un poquito y aprendiendo al menos a hablar con propiedad, porque señora Pesteban, no se dice : "estirar de la cadena del wáter", se dice : "tirar de la cadena del wáter".
Se han empeñado en vendernos una moto que nadie se la cree, ni siquiera ella, sobre todo ya con la última de los cuernos, que ahora no han sido cuernos.... Porque según teoría de ella y de su marido (o no marido) cuando se lió con Arantxa él "había firmado los papeles del divorcio", pero parece que no contaron con que esos papeles firmados no salieron del despacho del abogado, con lo cual tampoco había divorcio, y como no había divorcio sí hubo cuernos, Pesteban, sí los hubo, pero también los que te puso Jesulín y Oscar Lozano y Dani Dj.
Esa es la razón por lo que no te enteras, ya que al llevar tantos años con los cuernos ni siquiera te has enterado que los llevas, porque mira, Pesteban, los cuernos sólo duelen cuando salen. después, ya nada de nada, hasta te olvidas que los llevas ahí en tó lo alto...
Y señores de telatrinco, aplíquense el cuento, por más que nos intenten vender a esta señora, algún día, espero que no muy lejano, un niño inocente dirá: "Si esta tía es infumable" y entonces el resto de audiencia por la que ma-tais se despertará del letargo eterno y se atreverán a pensar con sus propias cabezas y a perder el miedo de decir lo que realmente piensan: "que el programa Salvame, los colaboramierdas, el presentador y la co-presentadora son infumables y no hay quien los aguante".

Autor: Maricirio.

6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Todos reciben órdenes en Tele5. Hay que aguantar a la infumable porque mientras dé audiencia, es lo único que les interesa, y si dicen que es la princesa del pueblo (qué??, de qué pueblo???) será de uno de Lepe (con todos mis respetos a Lepe) por lo del chiste. Hortera, mal educada, histriónica, inaguantable, engreída, co-presentadora de que???? de pacotilla, si cuando el presentador no está presenta Paz Padilla o Terelu, porque ella no sirve para nada, ni para bailar (y gana) ni para cantar, ni para presentar, ni para hacer teatro (vaya ridículo hizo en Canarias), en fín, es un desastre de tía que se ríe de todos mientras le pagan millones. Una verguenza. Que se largue ya!!. Sale cobrando 150.000 euros para que veamos su tristeza y lo que decide, por los cuernos y resulta que cobra mientras se ha estado acostando con el marido a espaldas de la audiencia, claro, porque de haberse enterado nadie se habría sentado a ver el "Timo Belen-Frank cuernos separación" que pretendían vendernos. TODO ES UNA ESTAFA.
    AVISO A NAVEGANTES: Pienso que ver tele5 y Sálvame puede ser perjudicial para nuestra salud. (Nos enerva, nos frustra, nos enoja, en fin, hagamos zaping, que nos sentará mejor, o veamos una peli)

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  2. ESTOY DE ACUERDO CON TODO LO QUE DICE INMA....

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  3. Gracias Margarita, me alegro de que seamos más cada día que nos plantamos ante la pasividad de otros que soportan la mala calidad de la tv. ofreciendo programas con unos personajes a cual peor. Es para llorar. Antes se pagaba a un buen personaje y bastante, actor, político, cantante, escritor, etc. y había un entrevistador. Ahora hay montones de colaboradores-entrevistadores que no valen un pimiento, que son los que cobran, porque tantos... para un personajucho de tercera o cuarta categoría, que a nadie interesa, ni sé de donde los sacan, ya me dirás. Cobran entre todos más que el entrevistado, y encima le tienen dos horas, y encima le apalean, que para eso cobra, "para que aguante lo que le echen". UNA VERGUENZA.

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  4. DioSSSSS! q ASco de Belén sTEban, no puedo verla, k esperpento humano, ni Valle-Inclán se le habría ocurrido crear tal personaje Soez.
    Por favor, k la encierren, k vulgaridad...

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  5. ¿DONDE ESTA EL COMENTARIO QUE ENVIE AYER COMO ANONIMO SUPERLARGO?
    AYER DIA 01/04/2011

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  6. jajajajajaj que tia mas petarda a belen ya se les estan bajando los humos porque para lo que esta para hacer tonterias que ni tansiquiera tienen gracia lastima dinero se esta esperdiciando en darle un sueldo a esa jilipollas

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